Mis 5 Vinos Blancos para el Calorcito

Este 2011 la primavera estuvo bastante remolona. Se termino Octubre y salvo por la «hermosa» pelusa de los plátanos que vuela por toda la ciudad uno podría pensar que seguimos en invierno. Pero aparentemente con Noviembre llegará el calorcito, y junto a este la época ideal para disfrutar de unos ricos vinos blancos.

Aquí la lista de mis 5 vinos blancos para el Calorcito, vinos frescos y aromáticos, directos, livianos, ideales para acompañar ensaladas y comidas livianas (o no tanto).

Finca Las Moras Viognier 2010 ($ 22)

Un vino sorprendente del Valle de Tulum, San Juan.

Las características del Viognier se ven perfectamente reflejadas en este vino. De un color dorado con ligeros tintes verdosos con intensos aromas a frutas (blancas como la pera), flores de azahar y un dejo herbáceo.

Gran estructura para ser un blanco y buena acidez. Tiene un sútil dejo amargo muy agradable y un final frutado y prolongado.
Ideal para acompañar la picadita previa al asado, sobre todo si incluye quesos.

Lurton Pinot Gris 2011 ($ 38)

Mi caballito blanco de batalla.

Un vino que no me canso de comprar y disfrutar cosecha tras cosecha. El Pinot Gris es una mutación del Pinot Noir, también conocida como Pinot Grigio.

De color amarillo pálido, con ligeras notas doradas, en la nariz encontramos frutas amarillas como el melon, duraznos y damascos, con una ligera y delicada nota a jazmín del país.

Su suavidad y frescura lo hacen ideal para acompañar un pollito o pescado a la parrilla. Ojo que puede resultar adictivo !

Amalaya Blanco 2011 ($ 40)

El año pasado Amalaya, la nueva bodega del Grupo Hess, sorprendió con este blend de Torrontés y Riesling. Si bien la proporción de Riesling es solo de alrededor del 10%, le da una muy interesante vuelta de tuerca.

Amarillo con reflejos dorados. En nariz es un Torrontés mas sutil, menos salvaje, pero con esa presencia floral tan típica y unas notas cítricas muy agradables. En boca sorprende por su frescura y porque el Riesling redondeo ese final amargo clásico del torrontés.

Para una noche de empanadas (de carne picante, obvio!) este es mi elegido.

Zorzal Sauvignon Blanc 2011 ($ 52)

Un vino que conocí en el viaje a Mendoza. Elaborado por Zorzal Wines por Juan Pablo y Matías Michelini, como no podía ser de otra manera con uvas de Gualtallary es uno de esos vinos que no podés dejar de probar.

Color amarillo pálido con reflejos verdosos. En nariz tiene todo lo que uno puede pedir a un Sauvignon Blanc: ruda, cítricos, arvejas, hierbas y hasta algo de miel.

En la boca es pura frescura, con esa acidez típica de Gualtallary y un largo final.

Si la opción es sushi, ceviche, o unas buenas rabas no lo duden.

Ruca Malen Chardonnay 2010 ($ 62)

Otra de mis etiquetas favoritas.

De un color bien amarillo con reflejos dorados. En la nariz ya notamos el paso por madera con claras notas ahumadas a frutos secos, manteca y vainilla que se ensamblan con la fruta blanca clásica del Chardonnay.

En boca es fresco y a la vez muy denso, con un graso y largo de boca notable.

Resulta ideal para comidas mas elaboradas y pesadas como unas mollejitas al verdeo, arrolladitos de salmón con panceta o un fresco carpaccio de pulpo.

«En vinos la fidelidad no es una virtud,
pruebe todo sin culpas, no es un pecado»
Enrique Chrabolowsky

Mis 5 Vinos Blancos para el Calorcito