Lagarde Primeras Viñas Malbec 2008, Polenta y Estofado de Osobuco

Ya les conté varias veces que me encanta el Otoño. Comienzan a caer las hojas de los arboles, los liquidámbar van pasando del amarillo al rojo, para terminar en un bordó oscuro muy similar al del vino tinto y por sobre todas las cosas se va yendo el calor. Con el fresquito uno prefiere comidas mas calóricas y eso me permite desempolvar «mi morocha» para preparar guisos, estofados, lentejas y polenta!
Este sábado la elección fue Polenta con estofado de Osobuco uno de los platos preferidos de toda la familia. Un plato sencillo, pero que requiere una cocción larga para romper la fibra del osobuco y poder disfrutarlo con solamente una cuchara.
Para un plato tan potente como este elegí un vino que tenía esperando en la cava desde hace bastante tiempo: Lagarde Primeras Viñas Malbec 2008 de Bodega Lagarde. Se trata de un Varietal 100% Malbec lanzado el año pasado, que se elabora con uvas provenientes de viñedos plantados en 1906, en la finca que la bodega posee en Luján de Cuyo. 

Lagarde Primeras Viñas Malbec 2008

Se nos presenta de un color rojo violáceo, sin signos de evolución. En nariz hay frutas negras, mas en mermelada que frescas, con un fondo floral, tostados y vainilla que completan sin abrumar. Es un vino de entrada suave, pero explota en el centro de la boca, con una buena acidez, taninos presentes pero bien domados. Tiene un excelente largo de boca donde el recuerdo a las frutas negras bien ensambladas con la madera nos dejan una sensación muy placentera.
Resultó una gran elección para acompañar la potencia del estofado de osobuco.

Ficha del Lagarde Primeras Viñas Malbec 2008:

Enólogo: Juan Roby Stordeur
Viñedos: Lujan de Cuyo, Mendoza
Varietal: 100% Malbec
Altura promedio de los Viñedos: 850 msnm
Alcohol: 14,9 %
Crianza: 12 a 14 meses en Barricas de roble francés de primer uso
Precio Sugerido: $ 180 (U$D 40)

RPC: Correcta
Recompra: SI 

«El vino abre las puertas con asombro y en el refugio de los meses vuelca su cuerpo de empapadas alas rojas.»
Pablo Neruda